domingo, 28 de febrero de 2010

CAP 6

Estuve hablando con él hasta que terminaron las clases, de temas sin importancia. Hablándole de los profesores, de cómo era la gente del colegio…
Después de camino a casa, le conté toda la verdad a Fátima y reaccionó de manera distinta a como lo esperaba. Ella… a ella le dio la risa…
-No sé que le ves de divertido…
-No te enfades, es solo que pienso en la cara del pobre chico cuando te inventaste lo del camarero-aquí tuvo que parar por que le dio un nuevo ataque de risa-Vale, vale perdona- intento sofocar su risa- pero, ¿por que no me lo constate entonces?
-Porque, no sé, supongo que quería hacer que no había pasado nada, pensé que nunca mas lo volvería a ver y ahora…-ella completo mi frase-es tu compañero de mesa- y empezó a reírse otra vez- Hoy estas insoportable-le dije enfada echando a andar.
-Espera-me agarró por detrás- lo siento. ¿Entonces él te gusta no?-la mire muy mal- Vale, tranquila-hizo el gesto de la paz con los dedos-solo preguntaba y con lo de la discoteca, no te preocupes no se lo pienso decir a nadie. Y ahora, hablemos de algo más importante y de lo que tú también te podrás reír… La cara de Patricia después de que le gritaras- ahí las dos empezamos a reírnos. Después empezamos a hablar de estupideces.
A la mañana siguiente, tuve que ir al colegio sola, porque al padre de Fátima le había dado uno de esos días de soy un buen padre y se le había ocurrido llevar a su hija en coche… En fin…
Así que tuve mucho tiempo para pensar, lo último que necesitaba.
Y en esas estaba yo con mis paranoias mentales de que y si Patricia vendría a por mí hoy, y aun que me cueste admitirlo… de que le diría hoy a Javi, cuando de repente alguien pasó corriendo a lado mía y me hizo perder el equilibrio y caer a un charco.
Casi me pongo a gritar en medio de la calle, pero me dije a mi misma que no era una buena idea y me contuve. Levante la vista, echando fuego por los ojos- no iba a gritar pero fuera quien fuera, no se iba a ir como si nada…-cuando me encontré con unos precioso ojos grises avergonzados-Lo siento…-es cierto que estaba muy cerca, pero todavía no había conseguido que me tranquilizara- ¡¿Has visto como me has puesto?! Mira mi camiseta, está asquerosa…-Me miró de arriba abajo, y frunció el ceño-Tienes razón… pero no te preocupes-empezó a sacar algo que tenía en su mochila, una sudadera roja- Toma, póntela y así nadie se dará cuenta…- me la tendió sonriendo-¿Nadie se dará cuenta de que llevo una sudadera de tío?- su sonrisa se congeló-Mira de verdad lo siento, es solo que tengo prisa, pero ahora no hay otra cosa que pueda hacer-su voz se había vuelto seria, tomé la sudadera y mientras me la ponía, con toda la dignidad que fui capaz le pregunté- Y, ¿a dónde vas con tanta prisa? Todavía es temprano. Queda más de media hora, para que empiece el colegio.-le dije molesta, por su tono de voz-suspiró- Es que tengo que darle una cosa al profesor de…- le mire con una ceja levantada-He quedado con Patricia, en la cafetería que hay al lado del colegio para desayunar juntos, quiere ayudar, con esto de que soy nuevo…-No hace falta que me des cuentas de nada… Adiós.-Y eche a andar muy pero que muy enfadada y no precisamente con él.
Ves, no ha tardado ni un día en preferir a Patricia-pensaba mientras hacia fuerzas para evitar que una lagrimilla no resbalara de mis ojos- No, pero todavía es pronto. Puedo evitar enamorarme de él, mejor que haya pasado hoy que no de en dos semanas.-Me infundía ánimos a mi misma.
Ya estaba llegando al colegio-evitando a toda costa mirar hacia la cafetería- cuando vi a Amalia y a Cristina, entrando al colegio. Pegue una carrera y las alcance-¡Hey!-dije a modo de saludo.
-Hola-dijeron a coro, sonriendo-¿De qué hablabais?-Sonrieron más todavía, pero sus sonrisas me parecieron un poco… no sé… ¿perversas?-¿Qué pasa?-pregunté con desconfianza.- ¿Sabes que van a hacer un concurso de cantautores en el gran teatro?-preguntó Cristina-No, pero ¿qué pasa con eso?- Bueno hemos pensado que dado que ahora no te importa plantarle cara a Patricia y que ella se iba a presentar…-dejó caer Amalia. Malo, ya empezaba a intuir por donde iban los tiros-Hace más de ochos meses que no escribo ni canto absolutamente nada.-dije mordazmente.
En ese momento llego Victoria y Carmen, justo para ver como Amalia y Cristina ponían los ojos en blanco frustradas-¿Qué se lo habéis dicho ya?-pregunto con felicidad Carmen-¿Tú también…?-pregunte un de manera cansina-Vamos pero si es una gran idea-dijo Vi.
Vamos, todas sabemos el talento tan increíble que tienes, ¿de verdad que no tienes ningún tema, que podamos presentar?-pregunto Cristina. Pensé en mi último tema y me estremecí-¿Eh?-insistió Cristina-Ah-dijo cuando Carmen le dio un codazo, que supuestamente no debería haber visto. En ese momento llegó Fátima-¡Hasta que llegáis! Llevo media hora esperándoos-su voz se fue apangando conforme notó el ánimo reinante. Me miró y luego le dirigió un disimulada mirada interrogativa-y algo molesta-a las demás.
-Anda venga que vamos a llegar tarde- y me enlazó su brazo con el mío arrastrándome.
Genial una tres horas seguidas de Javi a menos de veinte centímetros de mí, justo lo que necesitaba en este momento. Suspire.
-Hey, ¿todo bien?-pregunto Fátima en mi oído. Asentí.
Me senté en la silla. Él ya estaba allí hablando con Patricia la cual huyó en cuanto me vio. Sonreí.
-¿Todavía estas enfadada?-me pregunto con falsa inocencia. Contení mis ganas de sacarle la lengua, principalmente porque quedaría como una niña de cinco años.-No.-mentí secamente, la verdad es que no les estaba prestando toda la atención que solía, el recuerdo de aquella última canción aun estaba dando vueltas por mi cabeza-Mentira si que lo estás. Y te entiendo, pero es que no me habías dicho que era lo que Patricia había hecho. Si lo llegó a saber ante…-le miré directamente-¿Saber? ¿Antes?-pregunte confusa-Bueno si… ella me habló de lo de tu ex está mañana. Pero no es todo como tu piensas ella no tiene la culpa, él también la engaño a ella hay cosas que tú no sabes-Tú no sabes nada-le dije con odio.-Pero de verdad ella no sabía nada de vuestra relación,-calla…-dije bajito, aguantando las lágrimas, ¿por qué tenía él qué sacer este tema? - él la enamoró, él es el carbón…-¡Qué te calles!-le dije y vi como se encogía viendo la lágrimas que ya no podía contener.
Me pase rápido la mano por las mejillas y mire para otro lado, pero me era imposible dejar de llorar. Él había ido demasiado lejos, en estos momentos odiaba a Javi con toda mi alma.