martes, 27 de octubre de 2009

Mini cap 5!

Sientoo no a ver escriitoo.. esq estabaa liiadaa ii faltaa de imagiinacioon! loo siientoo! JAJ buuenoo aqii teneiis un miinii cap mañanaa escriboo mas!
-Si, yo-dijo divertido-¿No te alegras de verme?-Yo todavía lo miraba sin creerme…
-¿Qué pasa Marina lo conoces?-me pregunto Fátima desde su asiento, ya que se había ido el profesor un momento y en la clase se había formado el ruido suficiente para que su pregunta en voz bastante alta, no se escuchase como en grito.
-Así que te llamas Marina, ¿eh?...Me gusta…-dijo todavía divertido, entonces miró a Fátima con una sonrisa (que hizo que ella pusiera cara de tonta, incluso estando Salva, su novio al lado) y le dijo- Si en realidad…-¡No!-dije yo despertando de mi confusión, entonces el me miró primero confuso y después, sonriendo, como si algo le hiciera gracia, Fátima estaba confusa-¿Entonces si o no?- ¿qué le iba a decir que si y que además me había liado con él? Pero tampoco podía negar que le conocía, era bastante evidente…
Bueno, pues entonces modificaría ligeramente la verdad…
-Veras, si que le conozco, pero solo de un día. Del día de la discoteca… Él, él… trabajó de camarero allí esa noche. Y hablé con el un rato cuando… bueno... ya sabes, me fui.
-Amm-dijo-vale.-sonrió, pero yo sabía que no se lo había acabado de creer. Después hablaría con ella. Entonces se giró y se puso a hablar con Salva, de no se que royo de la hermana de Salva.
Pensé incluso en levantarme e ir a hablar con Cristina y Amalia, pero decidí que eso sería muy descarado. Así que me giré hacía él.
Me miraba divertido- ¿Así que…camarero…no?-ahogo una risilla, por alguna razón ahora no me parecía ni la mitad de encantador que aquella noche. Pero si no le convencía de que no dijera la verdad, iba a tener problemas- Si mira, es que bueno, no quiero que se entere de nada de lo que pasó. Ni lo que pasó con ese estúpido, ni…lo que pasó entre nosotros. Porque…-Está bien-me interrumpió, ahora estaba más serio.
-Así que… ¿te llamas Javi?- pregunté, primero por ser amable, ya que él me iba a ayudar sin siquiera preguntar y segundo por que el silencio era muy incomodo.
-Aja-se limitó a decir muy secamente, sin mirarme siquiera, mientras guardaba una circular con los libros, que el profesor le había dado.
¿Se habría enfadado? A lo mejor le había molestado, tener que mentir, además yo había sido una borde con él, después de todo lo que hizo por mí…
No, no, tampoco era como para que se enfadará y si así era, bueno, mejor, si no me hablaba seria imposible que volviera a sentir lo que sentí la otra vez que lo vi. Además a mí que me importaba, no debería estar dándole tantas vueltas. Si me hablaba, bien y sino pues también.
Me repetía en mi fuero interno, tratando de convencerme a mi misma.
Entonces vi que Patricia se acercaba a mi mesa. Un sudor frío comenzó a recorrerme el cuerpo.
No, no, por favor, no.
Llegó a la altura de mi mesa, pero en lugar de mirarme a mí, paso de largo y se plantó en frente de Javi. Con una expresión que pretendía ser discretamente provocadora, y he dicho pretendía…
Él levantó la mirada la vio y le dedicó un deslumbrante sonrisa, lo cual me molestó demasiado incluso aun que se tratase de que alguien estuviera tratando bien a Patricia, ella le devolvió la sonrisa y le dijo-Hola, soy Patricia, pero tú me puedes llamar Pati, o como quieras-por favor, que alguien trajera un recogedor, Patricia ha perdido la poca dignidad que tenía- Ah, hola encantado-demasiado encantador- soy Javier, si no te importa prefiero Patricia, me resulta más cómodo-sonrió-Oh, si claro, perfecto, como quieras. Bueno ¿Cómo te ha ido el primer día? ¿Te gusta el colegio? La verdad es que esta lleno de palomillos, aun que por con quién te a tocado sentarte, te habrás dado cuenta-dicho esto me lanzó una mirada descarda, no solo para hacerse la interesante y la superior con él, sino queriendo herirme también.
Y no sé cual de las dos cosas me molestó más, o si fue todo la rabia contenida, o esa repentina ira que había sentido al ver como intentaba coquetear con Javi, que de repente, no me sentí ni frágil, ni desprotegida y le grite haciendo callar a toda la clase: Mira puta zorra, palomilla tu madre, que estoy harta de tus gilipolleces, pero que a mí no me vacilas ni una vez más. ¿Te enteras? Mira te vas a meter toda tu chulería y superioridad, por el culo y ahora te vas de aquí ya,- se me quedo mirando muda, con los ojos muy abiertos, toda la clase en silencio nos miraba y nadie dijo absolutamente nada, pero yo no me daba cuenta de eso, todavía sentía la rabia dentro de mí- ¿No me has oído o es que eres tonta? ¡YA!-salió corriendo en dirección a su mesa y yo que me había levantado me volví a sentar muy digna.
Y el silencio de la clase estallo en aplausos y silbidos. No pude evitar sonreír, lo había hecho, había plantado cara a Patricia y le había hecho pagar lo que me había hecho y todos lo sabían. No era solo alguien que se le rebelaba, porque yo era la persona que más había sufrido la maldad de Patricia.
Disimulé que no me daba cuenta de lo que pasaba en la clase, y que miraba mi carpeta. Cuando la gente se volvió a centrar en sus propias conversaciones, yo levanté la vista.
Me encontré con Javi, mirándome fijamente.
Cuando nuestras miradas se encontraron, él pareció avergonzado pero no la retiró-¿Tiene algo que ver, esa chica, con tu huida el otro día?-me miraba intensamente, pero sonriendo. Me quede mirando sus ojos grises olvidando que esperaba una respuesta-¿Y bien?-seguía sonriendo-Aja-debió de sorprenderle mi increíble vocabulario y capacidad para contestar.
-Entiendo-sonrió y aunque había intentando hacerme creer a mi misma que no me importaba que no me hablara, repentinamente me sentí mucho más feliz.
Mierda. Marina ¿en que estás pensando? ¿es que no has aprendido nada?
-No sabía que tuvieras tanto genio-se rio-Bueno, solo a veces. Es que… Supongo que era rabia contenida, que ha explotado… No se…
Estuve hablando con él hasta que terminaron las clases, de temas sin importancia. Hablándole de los profesores, de cómo era la gente del colegio…

jueves, 22 de octubre de 2009

4cap!!

Levanté la mirada confusa y me encontré con el chico, con el que me había chocado en mi huida, que se agarraba el puño con la otra mano y que hizo un “Ah” ahogado. Me le quede mirando, era moreno, con el pelo medio rizado, algo largo pero no demasiado, tenía los ojos grises. Era alto y bien proporcionado, con una espalda ancha que terminaba en unos grandes hombros y se notaba que era musculoso, no como si pasara todo el día en el gimnasio, sino más bien por constitución y por hacer algún tipo de deporte. Supongo que si la situación hubiera sido otra lo primero que habría pensado era lo guapo que era, aun que en realidad ni si quiera ahora me paso inadvertido eso.
Entonces me miró, directamente a los ojos, entrelazando su mirada con la mía, su expresión se hizo más seria y me pregunto como si fuese una cosa de vital interés-¿Estás bien?-Yo como no podía hablar todavía del susto, asentí un par de veces rápidamente. Entonces el cretino, que todavía estaba tirado en el suelo, se incorporó con una mano en la nariz rota, llena de sangre y grito furioso-¡¿Qué COÑO TE CREES QUE HACES GILIPOLLAS!? TE VAS A ENTERAR, PEDAZO DE SUBNORMAL, TE VOY A ENSEÑAR A NO…-entonces mi “salvador” le paró-Perdona, pero creo que no entiendes tu situación, tienes dos opciones; la primera que nos peleemos y que todo el mundo se entere de lo que ha pasado y de lo que has estado a punto de hacer-me miró a mí, y yo me estremecí al imaginarlo-y la segunda que te pires por donde viniste y todo quedará entre nosotros tres…Tú eliges…
El gilipollas, se quedo un momento callado mudo de la ira y entonces se levantó y empezó a correr hacia atrás diciendo- De esta te acuerdas, te juro que te acuerdas…-Cuando se fue, yo que todavía estaba pegada a la pared me deje resbalar hacia el suelo, floja de alivio…
Entonces levanté la cabeza y le miré-Gracias-dije bajito-No te preocupes-dijo medio sonriendo de una manera muy tranquilizadora que hizo que casi sonriera, casi. Lo hubiera echo si esta no se estuviera siendo una de las peores noches de mi vida-¿Estás bien? ¿Quieres que te acompañe a algún sitio?-me pregunto, parecía estar realmente muy preocupado y eso llamó mi atención-¿Cómo has sabido dónde estaba y lo que estaba pasando?-Bueno,-parecía medio…¿avergonzado?-la verdad es que antes cuando chocaste conmigo y te vi llorando me preocupe mucho, al principio pensé que llorabas por que te había gritado y eso me hizo sentir culpable pero fueron solo unos segundos luego entendí que se te veía demasiado mal como para que hubiera sido eso y no sé porque solo sentí que tenía que ayudarte, quise consolarte, así que te seguí, pero te perdí por que no podía pasar entre la gente. Cuando por fin conseguí pasar entre la gente no sabía donde estabas. Entonces fue cuando oí las risas de esos tíos, cruzaron al lado mío. Y les oí hablar de lo bien que se lo iba a pasar “Tony” con esa zorra del vestido rosa… Corrí hacia la dirección de donde venían y me puse como loco a buscarte, entonces te oí gritar y vine corriendo hacia aquí…-Había bajado la mirada mientras que hablaba así que la subió y me miró directamente a los ojos, con mucha intensidad. No podía desviar la mirada-¿Por qué te has tomado tantas molestias por mí? No me malinterpretes, me alegró pero, no lo entiendo-sonrió-Bueno, creo que sentí la necesidad de protegerte, parecías tan frágil…-sonrió-no te ofendas.
Él se acerco y me tendió la mano para ayudarme a levantarme, sin que ninguno de los dos dejase de mirar a los ojos del otro. Sus palabras, su manera de actuar, su mirada me habían echo sentir de una manera extraña, tranquila, protegida, como… como en si lo conociera de siempre. Entonces me levanté y como él no se a apartó no quedamos muy cerca el uno del otro, en completo silencio, mirándonos mutuamente con intensidad. Yo no pensaba en nada salvo en esa sensación de tranquilidad. Y entonces muy despacio el colocó una de sus manos entre mi mejilla y mi cuello; calibrando mi reacción. Y se acercó muy despacio, sin que yo lo parase, si yo quisiera que parara. Y rozó sus labios con los míos, primero levemente y después mas intensó. Con tranquilidad. Me sentía como en una nube, era tan dulce, nunca me habían besado así, Cesar y los otros chicos a los que había besado antes habían sido mucho más agresivos. Pero este beso…este beso era mágico, tan tierno, y a la vez intenso.
Entonces el ruido de una botella y las risas de unas chicas a lo lejos me despertó de mi ensoñación. ¿Pero, qué estaba haciendo? ¿Por qué besaba a un chico del que no sabía ni su nombre? Me separé de él bruscamente. Él abrió los ojos confuso. Yo empecé a tartamudear- Yo..yo..lo siento… no debería haber-Entonces la confusión en su cara se convirtió en una expresión que indicaba que ya entendía mi reacción-No, perdóname tu a mi no quería que te sintieras obligada a… yo no pensaba…bueno quiero decir que no quería…no me malinterpretes no quiero decir que tu seas fea ni mucho menos ni que no quisiera.. no… es decir que no me importaría… pero que…-verlo trabarse de esa manera me hizo, no sé porque mucha gracia y empecé a reírme como una loca-Ja..ja..jajajajaj- entonces me miró divertido y esperó a que parara.
Cuando conseguí dejar de reírme le miré y sonreí-No te preocupes hagamos que no ha pasado nada-Esta bien-contestó él-¿quieres volver con tus amigas?- no, definitivamente no quería volver a las discoteca, no quería ver a Patricia-No la verdad es que no, pero si tu quieres volver no te preocupes, eh..-le miré y me perdí en sus ojos grises, ¿pero que me pasaba? ¿no había aprendido ya, todo lo que se sufría con el amor? Sacudí la cabeza intentando, no quedarme mirándole otra vez- En realidad, a mí tampoco me apetece ¿te importa que me queda contigo?-Sí, no me apetece nada enamorarme de ti, pensé-No para nada-dije.
Los dos nos sentamos en el suelo- Y…¿me vas a decir por qué llorabas antes?- le miré, no quería hablar de eso y menos con él.-La verdad, preferiría no hacerlo- le mire disculpándome con la mirada-No pasa nada, si necesitas ayuda…-No, no, de verdad no te preocupes, es solo que…-Vale, no pasa nada, bueno sabes que creo que es la primera vez que me peleo con otro tío, bueno en realidad que casi me peleo, aun que creo que…- se pasó toda la noche contándome historias, y yo toda la noche riendo, sabía que quería que no pensará en lo que fuera que me hubiera echo llorar y eso me hacia sentir muy bien. Además no pensé en toda la noche, en Patricia, y casi no pensé en Cesar. Una parte de mí, me decía que estuviera alerta que no me confiara, que no me enamorar. Pero el resto pensó en algo bastante lógico:
No volvería a ver a este chico, y si lo hacía seria dentro de mucho de manera que yo no me acercaría a él, por que me encontraría perfectamente bien, no como ahora que lo necesitaba para desarmarme y echarme a llorar. Al cabo de unas horas mí móvil empezó a sonar, era Fátima, preguntándome donde y como estaba, tuve que decirle que me encontraba bien como 20 veces, antes de que se tranquilizara, quede con ella en la esquina de fuera de la discoteca. Me despedí del chico con un beso en la mejilla, le di las gracias de nuevo y esta vez no solo por salvarme del gilipollas y me fui.
De camino a casa ya con las chicas, pensé que ni siquiera sabía su nombre,-mejor así me será menos complicado olvidarme de está noche-pensé.
Esta noche se suponía que era una de las peores de mi vida, pero, para nada la sentía así. No podía dejar de sonreír, aun que quería hacerlo, por que sabía que mis amigas se extrañarían y me preguntarían porque, pero aun así no preguntaron nada, supuse que habían quedado en que ninguna preguntaría nada, pensando en encontrarme triste y ahora cada una se preguntaba así misma en su cabeza si yo no parecía inusualmente feliz. Sonreí ante eso también.
No volví a ver a ese chico, ni a Patricia.
Hasta que por desgracia, se acabaron las vacaciones de verano, y me entere de la muy estúpida había repetido y había caído en mi clase. La cual había pasado a ser mi infierno personal.
El primer día de clase me encontraba depresiva, por lo menos habían caído en mi clase Amalia, Cristina (que se sentaron juntas) y Fátima (menos mal) que se sentó con su novio. Ella se sentía culpable por dejarme sola, pera la entendía y no me enfade con ella me senté lo mas cerca que pude de ella. Justo detrás de los asientos que había al lado de los suyos, sola. Bueno, así prestaría mas atención en clase…Suspiré…Por lo menor Patricia no me había dicho nada, ni si quiere me había mirado. Supongo que habrá dejado de resultarle divertido insultarme.
Entonces entró en clase el profesor, Don Juan, mi tutor y mandó silencio en la clase. Yo estaba haciendo garabatos y ni si quiera levante la mirada, mientras presentaba al alumno nuevo, se llamaba Javier no sé que más. Ya había oído hablar de él, era el tema de conversación de todas las niñas, según ellas estaba buenísimo…Ya me lo imaginaba, otro pijo, súper popular, chulo y creído.
Oí como saludaba a la clase, cuando el profesor terminó de presentarle, y después el murmullo general, de todos las demás personas de la clase opinando sobre él.
Ni siquiera levanté la cabeza cuando, Don Juan le dijo que se fuera a sentar en mi mesa, no creí que el tan “guay” como era, fuera a saludarme a mí la chica que se había quedado sin compañero de mesa. Pero entonces, cuando se acercó, oí que me decía-Hola- levante la cabeza, imagine que solo lo había echo, porque se encontraba fuera de lugar y sin amigos, pero aun así quise ser amable, él no tenía la culpa de que estuviera triste además, su voz me sonaba de algo-Ho..-comencé pero me paré cuando miré sus ojos grises- ¡TUU!...

miércoles, 21 de octubre de 2009

3 cap!

Vámonos –dijo, Carmen, tirando de mi brazo-No, Marina tienes que quedarte, si te vas… ¡ella gana!-dijo tirando de mí Cristina.
-Totalmente de acuerdo- dijo Amalia, ceñuda mirando hacia mí. Victoria, que se había mantenido al margen de la conversación dijo-Marina, se que puede con ella y con lo que te echen, y además nosotras vamos a estar aquí…
Yo las estaba escuchando, y sabía que tendrían razón, que Carmen pensaba, igual, solo que le daba miedo que yo me peleara con Patricia, pero aun así… Me moría de ganas de irme de allí, ya.
Miré Fátima de manera interrogante, pidiéndole ayuda. Ella me miraba preocupada, pero entonces sonrió, solo intentando darme fuerzas, se acercó a mí y entrelazó su brazo con el mío- Que venga, la estaremos esperando- la miré y entonces me dijo más bajo solo a mí- Enana tenemos que acabar con esto, no te preocupes que como te diga algo, la mato.
Sonreí sin alegría alguna y suspiré. En ese momento llego Patricia, que se había entretenido mucho saludando a todo aquel que se cruzaba en su camino y dijo-Hombre, mira a quien tenemos hoy aquí…Pero si es la auto marginada de la sociedad. Y yo que pensaba que ya te habrías suicidado o algo...-Pues ya ves que no-fue lo único que me atreví a decir, hablarle directamente a la cara me hacia recordar de una manera demasiado dolorosa, cuando descubrí a mi novio besándola y además me sentía tan pequeñita, tan indefensa en comparación con ella…
-Anda Putricia-comenzó Cristina a cosa hecha- ¿Por qué no te vas un poquito a la mierda y nos dejas a nosotras tranquilas?
-Ja, ¿perdooonaa?-dijo Patricia con sus más que habituales aires de superioridad. Las chicas habían empezado a moverse dejándome a mí atrás, a modo de evitar que Patricia se dirigiera a mí directamente, en cualquier otro momento me hubiera enfadado pero ahora, bueno, solo me concentraba en aguantar las inmensas ganas de salir corriendo, llorando que tenía.
-Quedas perdona y ahora ¿Te vas o qué?-Dijo Fátima, en su tono de muy, muy enfadada-¿O prefieres que te eche yo a tirones del pelo?-dijo Amalia encarándose con ella, en un gesto un poco masculino.
-Mira perdona pero yo haga lo que me daga la gana, y sabes que no me voy por que no quiero-dijo muy chula Patricia.
-¿Y eso porque? ¿Es que no tienes nada mejor que hacer? Ya decía yo que tenías cara o bien de estar marginada, sin amigas o bien de ser tonta…
-¡No estoy marginada sin amigas!-grito Patricia histérica.
-¡Entonces va ser que eres tonta! Que novedad…-dijo Victoria en un arranque de ira.
-Mira niña…-comenzó Patricia pero entonces las cinco se le vinieron encima y se calló para evitar que su cara sufriera ningún daño- Vaya, Marina sabias que eras una paloma, pero desde luego no que fueras una cobarde… Ya entiendo por que Cesar cambio una relación de meses contigo por un calentón conmigo… JAJAJAJ-rió falsamente, pero yo ya no le prestaba atención los ojos se me habían llenado de lágrimas y me faltaba el aire…Tenía que escapar de allí.
Levante la cabeza y me encontré los ojos de todas mis amigas mirándome muy preocupadas pero no me dio tiempo de decirles nada. Por que justo entonces comencé a correr en dirección a la salida. Mientras corría no me fijaba en el resto de la gente, ya que tenía los ojos totalmente empañados así que no me di cuenta del chico que tenía delante hasta que choqué con él-¡Hay, ¿Qué haces?!-preguntó molesto, yo le miré sin comprender y él al ver mi cara, cambió totalmente de expresión me soltó el brazo, podría jurar que estaba a punto de pedirme perdón o de preguntarme que me pasaba, pero yo empecé a correr otra vez.
Por fin conseguí llegar a la calle. Necesitaba un sitio donde llorar tranquila, asique corrí hacia la esquina pero justo ahí me cruce con los chicos que nos habían seguido antes, que había estado de botellón y que ahora estaban muy borrachos. Empezaron a silbarme y a llamarme “nena” y “bombón” pero yo no paré de correr, hasta que me metí en un pasaje, doble una esquina y me quedé contra apoyada contra la pared. Entonces hoy los pasos de alguien, seguido de unas risas y alguien empezaron a decir-Nena, sal que nos lo vamos a pasar muy bien…-yo corrí en dirección contraria a la voz, como una loca. Me moría de miedo, no sabía que hacer y no había nadie para ayudarme…
Entonces volví a girar en otra dirección corriendo, llorando y sin mirar, cuando me choqué contra él.
-Pero si estás aquí, mm bombón ¿Por qué corrías de mí? Si nos lo vamos pasar genial ya verás…
Entonces agarrándome de los brazos me empujó contra la pared, mientras yo gritaba, lloraba y le daba patadas y puñetazos…
Cuando perdí las esperanzas de que alguien me oyera él empezó a lamerme por el cuello de una modo repugnante mientras yo lloraba y le rogaba que parara. Y entonces todo pasó muy deprisa un segundo estábamos así y al siguiente él había recibido un puñetazo y se encontraba tirado en el suelo con la nariz sangrando, probablemente rota…

martes, 20 de octubre de 2009

segundo cap!!

….Era muy corto y de color rosa claro, sin mangas.
Yo me lo puse sin decir nada, y me fui a mirar al espejo. Pero ella me paró-¡No! Espera, no puedes mirarte hasta que haya acabado de arreglarte.-La miré con reproche y ella hizo un puchero con los labios, solo pude reírme y decir-Vale, pero no te pases.
Sonrió y fue corriendo a una gran cajonera de madera que había al lado de su cama. Del segundo cajón saco un cinturón ancho negro que me puse en la cintura.
-Siéntate-dijo sin pararse a mirarme, mientras cogía su estuche de pintura y su rizador.
Tardó como quince minutos en rizarme todo el pelo y cuando terminó no me dejó mirarme al espejo- Todavía no, ¡que bien estas quedando!-suspiré resignada.-No te quejarás tanto cuando todos los chicos baben por ti, y veas la cara de “me quiero morir” de Patricia- JA-JA- dije irónicamente.
Después comenzó a maquillarme, mientras me hacía un resumen de todo lo que había pasado en estos últimos meses, que yo me había perdido.
Me echo polvos, colorete, rímel, sombras y me estaba haciendo la raya cuando le pregunte- ¿No crees que te estás pasando un poquito, mucho?- No para nada, además ya casi he acabado. No te mueves así... ¡Ya está! Ahora el toque final…-Dicho esto se fue a su zapatero y empezó a rebuscar…-¿Dónde estarán…? ¡Aquí! Si, definitivamente son perfectos…
Entonces sacó unos zapatos de tacón negros, muy altos, desde luego para mí que estaba acostumbrada a mis manoletinas… altísimos.
-Yo no puedo ponerme eso, ¡me mataría!- No digas estupideces, son perfectos y claro que te los vas a poner.
-Fátima…-me quejé. Suspiré por enésima vez en lo que iba de tarde y me los puse.
-¿Puedo mirarme ya en el espejo?- ¡Sí!- dijo con los ojos brillantes y una enorme sonrisa.
Entonces yo me giré y eche un vistazo en el espejo, de cuerpo entero que había junto a la pared…
La imagen de mí que daba el espejo me dejo sin palabras, desde luego estaba vez Fátima se había superado…
(Está es la imagen de donde tome la idea del vestido, se supone que iba así...)

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La miré sonriendo y le dije- Gracias enana, eres la mejor amiga del mundooo!- Va, no es nada.-Nos reímos y nos dimos un abrazo.
Ya eran casi, las seis y media así que bajamos para coger el autobús. Habíamos quedado en la puerta de un centro comercial cercano, con el resto de chicas de mi grupo: Amalia, pelirroja y muy alta, sin duda la deportista del grupo, algo marimacho pero también era con la que mas me reía; Carmen mi otra mejor amiga después de Fátima, rubia y con los ojos azules, de estatura media, siempre había tenido mucho existo entre los chicos pero ella ni se daba cuenta por que es demasiado inocente, también es la que mejores saca de mi grupo; Cristina es la mas extrovertida del grupo, tiene el pelo oscuro, rizado y cortito y los ojos marrones claro; Victoria es muy tímida, pero cuando la conoces te das cuenta de lo buenísima persona que es, tiene el pelo rubio oscuro, es bajita y tiene los marrones, verdosos.
Además de ellas se suponía que vendrían unos amigos de Cristina, la verdad es que no me apetecía nada estar con tanta gente. Estar con Fátima me resultaba agradable, pero tanta gente…me moría de ganas de volver a casa.
En esas cosas estaba yo, mientras Fátima me explicaba toda la gente que iba a ir, se notaba que le hacía mucha ilusión. Bueno,-pensé- por lo menos alguien se lo pasará bien…
Entonces hoy que alguien nos chistaba, cuando me giré, vi a un grupo de chicos de unos 17, 18 años que nos venían siguiendo y riéndose. No me dieron miedo, supuse que solo quería molestarnos para divertirse un rato. Fátima tampoco se preocupó por que continuó con su charla, solo que apretó un poco el paso. Y ni un minuto después esos chicos, ya se habían aburrido y se habían ido.
Justo entonces llegamos a donde habíamos quedado con las demás. Ellas ya nos estaban esperando. Las salude a todas con un hola tímido y todas a la vez se abalanzaron sobre mí, dándome besos y pidiéndome perdón, no pude hacer otra cosa que sonreír no sabía si de verdad las perdonaba pero desde luego no quería perderlas.
También estaban unos diez chicos que nos presentaros y de los que no conseguí recordar todos los nombres, solo uno se me quedo el de Carlos, era de estatura media, ojos marrones verdosos y pelo oscuro, bastante guapo, pero no se me quedo por eso, sino porque enseguida se puso a hablar conmigo como si me conociera de toda la vida y con total confianza. Resultó ser un chico muy divertido, muy charlatán. Desde luego no le costaría nada convertirse en mi mejor amigo.
Llegamos a la discoteca y entramos, había muchísima gente y la música estaba muy alta pero no me importó me lo estaba pasando realmente bien.
Toda le gente de mi colegio me miraba con mirada de sorpresa y de admiración, definitivamente tendría que volver a agradecerle a Fátima por el vestido.
Y no tuve que acordarme mas de la cuenta de César, ya que ninguno de los chicos con los estábamos, sabían siquiera de su existencia. Así de contenta estaba yo, cuando ocurrió el mayor de mis temores…
Rubia e increíble como ella sola, hizo Patricia su entrada triunfal a la discoteca. Con un vestido rojo oscuro, muy corto y muy ceñido de palabra de honor, botas altas negras de tacón más pintada que una puerta y con el pelo rubio alisado. A mi manera de ver tenía pinta de los que por otra parte había demostrado ser… Pero para el resto de la discoteca parecía estar divina por que todo los chicos se quedaron embobados mirándola y todas chicas al as que despreciaba comenzaron a criticar con envidia, mientras las que se consideraban sus amigas comenzaban a llamarla y a mandarle besos como queriendo decir a todo el mundo que ellas eran tan divinas como Patricia, porque ella era su amiga.
Yo ya empezaba a sentirme mal cuando al mirar de nuevo me di cuenta de que ella también me miraba. Entonces en su cara se dibujo una sonrisa malévola y echo a andar en mi dirección…

lunes, 19 de octubre de 2009

Primer cap!!

Me quede mirando las gotas de lluvia en la ventana, antes me encantaba escuchar el golpeteo de estas en la ventana y el sonido de los truenos, ahora… bueno ahora ni siquiera me daba realmente cuenta de que estaba lloviendo.
Todo en el mundo me resultaba ajeno, sin sentido…
Si, exactamente, para mi la vida había perdido el sentido. Los días pasaban de una manera monótona y aburrida.
No quería escuchar música, ni ver la televisión y cuando mis amigas me llamaban para algo ni siquiera me molestaba en cogerles el teléfono. Por eso con el paso de las semanas dejaron de hacerlo… Pero, ¿qué podía hacer? Ellas lo sabían todo, todo desde mucho antes de que me enterara y ni ninguna nunca me dijo nada. Ellas me dijeron que solo querían protegerme, evitarme este dolor que ahora estaba sintiendo… Bueno yo sabía que no mentían pero aun así, protegerme, ¿a costa de qué? ¿De qué todo el mundo se riera de mí a mis espaldas? ¿De que siguiera besando y sonriendo como una estúpida al ser más ruin de la tierra?
Yo les dije que las había perdonado ya que de hecho lo había hecho, pero aun ya no volvió a ser lo mismo entre nosotras.
Bueno para ser sincera, ya nada volvió a ser lo mismo para mí.
Nada desde aquel 17 de marzo…
El día en que descubrí que la persona a la que había convertido en el único tema de todos y cada uno de mis pensamientos y sueños, por la que haría cualquier locura sin pensarlo, me había estado engañando con otra a mis espaldas.
-¿Qué quieres que te diga Marina? ¿Qué no es lo que parece? ¿De verdad quieres que siga fingiendo, para que todo el mundo siga hablando de ti? La verdad no puedo hacer eso siento mucho cariño hacia ti y me haría sentir muy mal si esto siguiese pasando...-me había respondido, César con toda tranquilidad y sin que pareciera importarle en nada mi dolor cuando le pille besando a Patricia de un curso superior que nosotros en la puerta del cine.
Ni siquiera esperó a que terminara el día, ese día, el peor día de mi vida, el día en que toda la visión que yo tenía de las personas más importantes para mí fuera de mi familia cambió para siempre, él empezó a salir con Patricia.
Él no sufrió, es más yo diría que se alegró, tampoco tuvo ningún problema en ignorar mi dolor, supongo de el hecho de que faltase la siguiente semana a clase le ayudó. Su relación con aquella rubia despampanante, de dieciséis años no dura más de dos semanas. Lo que tardaron ambos en aburrirse del otro.
Algo más de un mes después César se mudo a otra ciudad, por lo que oí a los chicos que tenía sentados detrás, a su padre, que es médico, le habían ofrecido un puesto de trabajo realmente bueno en el hospital de aquella cuidad.
También ese fue un mal día, no me imaginaba los días sin mirar a hurtadillas a César, sin ver su brillante sonrisa, ni su pelo liso rubio despeinado y mucho menos sin ver sus preciosos ojos azules que unos meses antes parecían capaces de ver claramente todo lo que pasaba por mi mente… Además estaba enfadada conmigo misma por ponerme así por ese estúpido al que tanto amaba… Al que tanto amo.
Porque incluso ahora después de seis meses, después de que todo el mundo se haya olvidado del tema…
Yo sigo sintiendo el inmenso amor hacia él y por las noches un sentimiento de desesperación se apodera de mí, obligándome llorar hasta que consigo quedarme dormida.
Él sigue siendo lo más importante para mí, y el motivo de que sea incapaz de sonreír, ni de confiar en nadie.
Alguien dio un golpe a la puerta de mi habitación, haciéndome salir de mi ensoñación. Sequé mis lágrimas y con voz algo torpe dije- ¿Sí?- Entonces mi madre entró en la habitación, me miró durante un breve instante, dio tres pasos y me abrazó, diciéndome al oído- Hija, lo siento pero no puedes seguir así, se que es duro pero necesito ver a mi niña, la que tenía un brillo de diversión es esos grandes ojos verdes y la no podía parar de sonreír ni de reír en ningún momento del día- ¿Qué le iba a decir que esa Marina ya no existía?- Ya, mama no te preocupes…
-Parece que no me estás entendiendo, no te lo estoy pidiendo, te estoy obligando a salir de esta habitación, haz algo, queda con tus amigas, da un paseo…Cualquier cosa pero esta tarde te prohíbo quedarte que casa.-dijo con una voz firme y autoritaria pero que no parecía estar enfadada.
Me miró directamente a los ojos, pero yo rehuí su mirada, la idea de tener que salir de mi casa me hacía sentir desprotegida y además era imposible que saliera de mi casa sin que algo o alguien me recordaran a él.
Realmente yo no quería olvidarlo, pero tampoco quería recordarlo. Es decir, temía recordar cualquier cosa a partir del día de su traición, hacerlo era dejar que alguien me diera una patada, con muchísima fuerza en las costillas, en realidad, peor…
Pero odiaba con todo mí ser la idea de olvidar todo lo que había pasado antes de ese día, todos los momentos juntos a él, todos los te quiero, las caricias, las sonrisas, los besos… La idea simplemente me aterraba, todo eso era parte de mí…
Así que ¿cómo iba a olvidarlo si era lo ultimo que deseaba?
Finalmente miré a mi madre con los ojos llorosos y le dije: Está bien ahora llamaré a las chicas…-Me miró con el ceño fruncido, pero finalmente sonrió- Está bien cielo, verás como es lo mejor.
Asentí sin mucha convicción.
Después me dedicó otra mirada y se dio la vuelta hacia la puerta diciéndome- Si quieres algo, dímelo.- Ajá-fue lo único que respondí.
Seguí mirándola hasta que se fue. Mi madre es de estatura media, bien proporcionada. Tiene el pelo marrón muy oscuro, largo y algo ondulado, siempre había envidiado su pelo. Tiene la piel oscura, lo que le da aspecto de bronceada todo el año. Para ser más clara mi madre es una mujer bastante guapa, lástima que yo haya salido a mi padre. Lo único que he heredado de ella son sus ojos, grandes y verdes, realmente son muy bonitos pero quedan mejor en la piel morena de mi madre haciendo contracte con su pelo, que en mi pálida piel y sin hacer ningún tipo de contracte con mi pelo color castaño.
Suspiré cuando estuve de nuevo sola en mi habitación. Ahora tendría que llamar a Fátima, ella siempre había sido mi mejor amiga y hablaba con ella en el colegio pero aun así no me apetecía nada salir con ella. Emití un sonido de desagrado y fui al salón en busca del teléfono, marcando su número:
-¿Diga?- Estuve tentada de colgar el teléfono, pero mi madre me obligaría a llamarla de nuevo, frustrada hablé-Hola Fátima, soy yo Marina.
Al otro lado de la línea hubo un momento de vacilación que terminó con un- Oh…No esperaba tu llamada, ¿pasa algo?- No para nada solo quería saber si pensabais quedar hoy y si podía ir yo…
Esta vez el silencio duro unos segundos más, imaginaba que después de seis meses sin hablarles me tendrían por una rarita y no querrían quedar conmigo, así que ella estaría pensando la forma de librarse de mí, pero me equivocaba, cuando respondió note una alegría sincera- ¡Claro! Mira vamos a ir a una nueva discoteca que han abierto en el centro, a las siete, va ir un montón de gente, estará genial, ¿paso a recogerte a las cinco y media y nos arreglamos juntas?- Sonreí , me había equivocada al no hablarle en tanto tiempo ahora volvía a entender porque siempre había sido mi mejor amiga, Fátima era genial, así que dije sinceramente- Por supuesto, te echado mucho de menos enana- la oí reírse- Y yo a ti enana.
A las cinco y veinte cinco yo ya estaba en el portal de mi casa, Fátima vendría a recogerme en su moto y no iríamos a su casa donde nos arreglaríamos, como hacíamos siempre antes de… Me sacudí la cabeza como si así pudiera espantar a los malos recuerdos.
No me había arreglado llevaba unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta azul claro. Tenía le pelo recogido en una simple coleta y no me había pintado. En la bolsa para cambiarme llevaba unos pantalones vaqueros largos una camiseta roja y en vez de las zapatillas de deporte que llevaba puestas, unas manoletinas negras, sabía la cara que pondría Fátima cuando viera la ropa que llevaba para la “noche del siglo” como la había descrito ella por teléfono.
Cuando llegue a su casa, ella entro a ducharse y salió con un vestido gris muy corto que se ajustaba a mitad del muslo además se había ondulado el pelo. Se pinto la ralla del ojo negra y se echo colorete y rímel.
Estaba muy guapa, se me había olvidado ya, lo mucho que le gustaba la ropa y arreglarse, sonreí cuando pensé eso. Fátima es rubia y tiene los ojos marrones, es algo bajita pero bien proporcionada y siempre lleva tacones altísimos, son su pasión…

Se estaba pintando algo de sombras oscuras en los ojos, cuando se fijo en mi indumentaria. Entonces me miró con mirada inquisitiva.-No pensarás ir así ¿no?- Bueno…-conteste yo.
No, no pienso dejarte.- Y entonces abrió su armario con decisión y empezó a buscar algo- Pensaba estrenarlo en otro momento… Pero esto es algo importante, hace meses que no sales, no puedes darle el gustazo a la tonta de Patricia de que de verdad crea que ha acabado contigo… ¡Aquí está!
Sacó algo de una bolsa negra y me lo tiró-Cuidado con él, es nuevo y me lo pienso poner…
Lo que me había tirado era un vestido…




Buenoo de momentoo estoo es loo que e escritoo esq toodabiia estoii buuscandoo vestiidoos que me guusten para que se poonga.. si alguiien tiienee unaa ideaa que mee loo diigaa! graciias esperoo q os haya guustadoo el cap!

Mi priimeraa novee!

OOlaa a todoos! voii a empezaar aa escribir unaa novelaa de amoor ee intentaree subiir un pooco casii diiaa a ver sii os guustaa!