jueves, 22 de octubre de 2009

4cap!!

Levanté la mirada confusa y me encontré con el chico, con el que me había chocado en mi huida, que se agarraba el puño con la otra mano y que hizo un “Ah” ahogado. Me le quede mirando, era moreno, con el pelo medio rizado, algo largo pero no demasiado, tenía los ojos grises. Era alto y bien proporcionado, con una espalda ancha que terminaba en unos grandes hombros y se notaba que era musculoso, no como si pasara todo el día en el gimnasio, sino más bien por constitución y por hacer algún tipo de deporte. Supongo que si la situación hubiera sido otra lo primero que habría pensado era lo guapo que era, aun que en realidad ni si quiera ahora me paso inadvertido eso.
Entonces me miró, directamente a los ojos, entrelazando su mirada con la mía, su expresión se hizo más seria y me pregunto como si fuese una cosa de vital interés-¿Estás bien?-Yo como no podía hablar todavía del susto, asentí un par de veces rápidamente. Entonces el cretino, que todavía estaba tirado en el suelo, se incorporó con una mano en la nariz rota, llena de sangre y grito furioso-¡¿Qué COÑO TE CREES QUE HACES GILIPOLLAS!? TE VAS A ENTERAR, PEDAZO DE SUBNORMAL, TE VOY A ENSEÑAR A NO…-entonces mi “salvador” le paró-Perdona, pero creo que no entiendes tu situación, tienes dos opciones; la primera que nos peleemos y que todo el mundo se entere de lo que ha pasado y de lo que has estado a punto de hacer-me miró a mí, y yo me estremecí al imaginarlo-y la segunda que te pires por donde viniste y todo quedará entre nosotros tres…Tú eliges…
El gilipollas, se quedo un momento callado mudo de la ira y entonces se levantó y empezó a correr hacia atrás diciendo- De esta te acuerdas, te juro que te acuerdas…-Cuando se fue, yo que todavía estaba pegada a la pared me deje resbalar hacia el suelo, floja de alivio…
Entonces levanté la cabeza y le miré-Gracias-dije bajito-No te preocupes-dijo medio sonriendo de una manera muy tranquilizadora que hizo que casi sonriera, casi. Lo hubiera echo si esta no se estuviera siendo una de las peores noches de mi vida-¿Estás bien? ¿Quieres que te acompañe a algún sitio?-me pregunto, parecía estar realmente muy preocupado y eso llamó mi atención-¿Cómo has sabido dónde estaba y lo que estaba pasando?-Bueno,-parecía medio…¿avergonzado?-la verdad es que antes cuando chocaste conmigo y te vi llorando me preocupe mucho, al principio pensé que llorabas por que te había gritado y eso me hizo sentir culpable pero fueron solo unos segundos luego entendí que se te veía demasiado mal como para que hubiera sido eso y no sé porque solo sentí que tenía que ayudarte, quise consolarte, así que te seguí, pero te perdí por que no podía pasar entre la gente. Cuando por fin conseguí pasar entre la gente no sabía donde estabas. Entonces fue cuando oí las risas de esos tíos, cruzaron al lado mío. Y les oí hablar de lo bien que se lo iba a pasar “Tony” con esa zorra del vestido rosa… Corrí hacia la dirección de donde venían y me puse como loco a buscarte, entonces te oí gritar y vine corriendo hacia aquí…-Había bajado la mirada mientras que hablaba así que la subió y me miró directamente a los ojos, con mucha intensidad. No podía desviar la mirada-¿Por qué te has tomado tantas molestias por mí? No me malinterpretes, me alegró pero, no lo entiendo-sonrió-Bueno, creo que sentí la necesidad de protegerte, parecías tan frágil…-sonrió-no te ofendas.
Él se acerco y me tendió la mano para ayudarme a levantarme, sin que ninguno de los dos dejase de mirar a los ojos del otro. Sus palabras, su manera de actuar, su mirada me habían echo sentir de una manera extraña, tranquila, protegida, como… como en si lo conociera de siempre. Entonces me levanté y como él no se a apartó no quedamos muy cerca el uno del otro, en completo silencio, mirándonos mutuamente con intensidad. Yo no pensaba en nada salvo en esa sensación de tranquilidad. Y entonces muy despacio el colocó una de sus manos entre mi mejilla y mi cuello; calibrando mi reacción. Y se acercó muy despacio, sin que yo lo parase, si yo quisiera que parara. Y rozó sus labios con los míos, primero levemente y después mas intensó. Con tranquilidad. Me sentía como en una nube, era tan dulce, nunca me habían besado así, Cesar y los otros chicos a los que había besado antes habían sido mucho más agresivos. Pero este beso…este beso era mágico, tan tierno, y a la vez intenso.
Entonces el ruido de una botella y las risas de unas chicas a lo lejos me despertó de mi ensoñación. ¿Pero, qué estaba haciendo? ¿Por qué besaba a un chico del que no sabía ni su nombre? Me separé de él bruscamente. Él abrió los ojos confuso. Yo empecé a tartamudear- Yo..yo..lo siento… no debería haber-Entonces la confusión en su cara se convirtió en una expresión que indicaba que ya entendía mi reacción-No, perdóname tu a mi no quería que te sintieras obligada a… yo no pensaba…bueno quiero decir que no quería…no me malinterpretes no quiero decir que tu seas fea ni mucho menos ni que no quisiera.. no… es decir que no me importaría… pero que…-verlo trabarse de esa manera me hizo, no sé porque mucha gracia y empecé a reírme como una loca-Ja..ja..jajajajaj- entonces me miró divertido y esperó a que parara.
Cuando conseguí dejar de reírme le miré y sonreí-No te preocupes hagamos que no ha pasado nada-Esta bien-contestó él-¿quieres volver con tus amigas?- no, definitivamente no quería volver a las discoteca, no quería ver a Patricia-No la verdad es que no, pero si tu quieres volver no te preocupes, eh..-le miré y me perdí en sus ojos grises, ¿pero que me pasaba? ¿no había aprendido ya, todo lo que se sufría con el amor? Sacudí la cabeza intentando, no quedarme mirándole otra vez- En realidad, a mí tampoco me apetece ¿te importa que me queda contigo?-Sí, no me apetece nada enamorarme de ti, pensé-No para nada-dije.
Los dos nos sentamos en el suelo- Y…¿me vas a decir por qué llorabas antes?- le miré, no quería hablar de eso y menos con él.-La verdad, preferiría no hacerlo- le mire disculpándome con la mirada-No pasa nada, si necesitas ayuda…-No, no, de verdad no te preocupes, es solo que…-Vale, no pasa nada, bueno sabes que creo que es la primera vez que me peleo con otro tío, bueno en realidad que casi me peleo, aun que creo que…- se pasó toda la noche contándome historias, y yo toda la noche riendo, sabía que quería que no pensará en lo que fuera que me hubiera echo llorar y eso me hacia sentir muy bien. Además no pensé en toda la noche, en Patricia, y casi no pensé en Cesar. Una parte de mí, me decía que estuviera alerta que no me confiara, que no me enamorar. Pero el resto pensó en algo bastante lógico:
No volvería a ver a este chico, y si lo hacía seria dentro de mucho de manera que yo no me acercaría a él, por que me encontraría perfectamente bien, no como ahora que lo necesitaba para desarmarme y echarme a llorar. Al cabo de unas horas mí móvil empezó a sonar, era Fátima, preguntándome donde y como estaba, tuve que decirle que me encontraba bien como 20 veces, antes de que se tranquilizara, quede con ella en la esquina de fuera de la discoteca. Me despedí del chico con un beso en la mejilla, le di las gracias de nuevo y esta vez no solo por salvarme del gilipollas y me fui.
De camino a casa ya con las chicas, pensé que ni siquiera sabía su nombre,-mejor así me será menos complicado olvidarme de está noche-pensé.
Esta noche se suponía que era una de las peores de mi vida, pero, para nada la sentía así. No podía dejar de sonreír, aun que quería hacerlo, por que sabía que mis amigas se extrañarían y me preguntarían porque, pero aun así no preguntaron nada, supuse que habían quedado en que ninguna preguntaría nada, pensando en encontrarme triste y ahora cada una se preguntaba así misma en su cabeza si yo no parecía inusualmente feliz. Sonreí ante eso también.
No volví a ver a ese chico, ni a Patricia.
Hasta que por desgracia, se acabaron las vacaciones de verano, y me entere de la muy estúpida había repetido y había caído en mi clase. La cual había pasado a ser mi infierno personal.
El primer día de clase me encontraba depresiva, por lo menos habían caído en mi clase Amalia, Cristina (que se sentaron juntas) y Fátima (menos mal) que se sentó con su novio. Ella se sentía culpable por dejarme sola, pera la entendía y no me enfade con ella me senté lo mas cerca que pude de ella. Justo detrás de los asientos que había al lado de los suyos, sola. Bueno, así prestaría mas atención en clase…Suspiré…Por lo menor Patricia no me había dicho nada, ni si quiere me había mirado. Supongo que habrá dejado de resultarle divertido insultarme.
Entonces entró en clase el profesor, Don Juan, mi tutor y mandó silencio en la clase. Yo estaba haciendo garabatos y ni si quiera levante la mirada, mientras presentaba al alumno nuevo, se llamaba Javier no sé que más. Ya había oído hablar de él, era el tema de conversación de todas las niñas, según ellas estaba buenísimo…Ya me lo imaginaba, otro pijo, súper popular, chulo y creído.
Oí como saludaba a la clase, cuando el profesor terminó de presentarle, y después el murmullo general, de todos las demás personas de la clase opinando sobre él.
Ni siquiera levanté la cabeza cuando, Don Juan le dijo que se fuera a sentar en mi mesa, no creí que el tan “guay” como era, fuera a saludarme a mí la chica que se había quedado sin compañero de mesa. Pero entonces, cuando se acercó, oí que me decía-Hola- levante la cabeza, imagine que solo lo había echo, porque se encontraba fuera de lugar y sin amigos, pero aun así quise ser amable, él no tenía la culpa de que estuviera triste además, su voz me sonaba de algo-Ho..-comencé pero me paré cuando miré sus ojos grises- ¡TUU!...

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