Vámonos –dijo, Carmen, tirando de mi brazo-No, Marina tienes que quedarte, si te vas… ¡ella gana!-dijo tirando de mí Cristina.
-Totalmente de acuerdo- dijo Amalia, ceñuda mirando hacia mí. Victoria, que se había mantenido al margen de la conversación dijo-Marina, se que puede con ella y con lo que te echen, y además nosotras vamos a estar aquí…
Yo las estaba escuchando, y sabía que tendrían razón, que Carmen pensaba, igual, solo que le daba miedo que yo me peleara con Patricia, pero aun así… Me moría de ganas de irme de allí, ya.
Miré Fátima de manera interrogante, pidiéndole ayuda. Ella me miraba preocupada, pero entonces sonrió, solo intentando darme fuerzas, se acercó a mí y entrelazó su brazo con el mío- Que venga, la estaremos esperando- la miré y entonces me dijo más bajo solo a mí- Enana tenemos que acabar con esto, no te preocupes que como te diga algo, la mato.
Sonreí sin alegría alguna y suspiré. En ese momento llego Patricia, que se había entretenido mucho saludando a todo aquel que se cruzaba en su camino y dijo-Hombre, mira a quien tenemos hoy aquí…Pero si es la auto marginada de la sociedad. Y yo que pensaba que ya te habrías suicidado o algo...-Pues ya ves que no-fue lo único que me atreví a decir, hablarle directamente a la cara me hacia recordar de una manera demasiado dolorosa, cuando descubrí a mi novio besándola y además me sentía tan pequeñita, tan indefensa en comparación con ella…
-Anda Putricia-comenzó Cristina a cosa hecha- ¿Por qué no te vas un poquito a la mierda y nos dejas a nosotras tranquilas?
-Ja, ¿perdooonaa?-dijo Patricia con sus más que habituales aires de superioridad. Las chicas habían empezado a moverse dejándome a mí atrás, a modo de evitar que Patricia se dirigiera a mí directamente, en cualquier otro momento me hubiera enfadado pero ahora, bueno, solo me concentraba en aguantar las inmensas ganas de salir corriendo, llorando que tenía.
-Quedas perdona y ahora ¿Te vas o qué?-Dijo Fátima, en su tono de muy, muy enfadada-¿O prefieres que te eche yo a tirones del pelo?-dijo Amalia encarándose con ella, en un gesto un poco masculino.
-Mira perdona pero yo haga lo que me daga la gana, y sabes que no me voy por que no quiero-dijo muy chula Patricia.
-¿Y eso porque? ¿Es que no tienes nada mejor que hacer? Ya decía yo que tenías cara o bien de estar marginada, sin amigas o bien de ser tonta…
-¡No estoy marginada sin amigas!-grito Patricia histérica.
-¡Entonces va ser que eres tonta! Que novedad…-dijo Victoria en un arranque de ira.
-Mira niña…-comenzó Patricia pero entonces las cinco se le vinieron encima y se calló para evitar que su cara sufriera ningún daño- Vaya, Marina sabias que eras una paloma, pero desde luego no que fueras una cobarde… Ya entiendo por que Cesar cambio una relación de meses contigo por un calentón conmigo… JAJAJAJ-rió falsamente, pero yo ya no le prestaba atención los ojos se me habían llenado de lágrimas y me faltaba el aire…Tenía que escapar de allí.
Levante la cabeza y me encontré los ojos de todas mis amigas mirándome muy preocupadas pero no me dio tiempo de decirles nada. Por que justo entonces comencé a correr en dirección a la salida. Mientras corría no me fijaba en el resto de la gente, ya que tenía los ojos totalmente empañados así que no me di cuenta del chico que tenía delante hasta que choqué con él-¡Hay, ¿Qué haces?!-preguntó molesto, yo le miré sin comprender y él al ver mi cara, cambió totalmente de expresión me soltó el brazo, podría jurar que estaba a punto de pedirme perdón o de preguntarme que me pasaba, pero yo empecé a correr otra vez.
Por fin conseguí llegar a la calle. Necesitaba un sitio donde llorar tranquila, asique corrí hacia la esquina pero justo ahí me cruce con los chicos que nos habían seguido antes, que había estado de botellón y que ahora estaban muy borrachos. Empezaron a silbarme y a llamarme “nena” y “bombón” pero yo no paré de correr, hasta que me metí en un pasaje, doble una esquina y me quedé contra apoyada contra la pared. Entonces hoy los pasos de alguien, seguido de unas risas y alguien empezaron a decir-Nena, sal que nos lo vamos a pasar muy bien…-yo corrí en dirección contraria a la voz, como una loca. Me moría de miedo, no sabía que hacer y no había nadie para ayudarme…
Entonces volví a girar en otra dirección corriendo, llorando y sin mirar, cuando me choqué contra él.
-Pero si estás aquí, mm bombón ¿Por qué corrías de mí? Si nos lo vamos pasar genial ya verás…
Entonces agarrándome de los brazos me empujó contra la pared, mientras yo gritaba, lloraba y le daba patadas y puñetazos…
Cuando perdí las esperanzas de que alguien me oyera él empezó a lamerme por el cuello de una modo repugnante mientras yo lloraba y le rogaba que parara. Y entonces todo pasó muy deprisa un segundo estábamos así y al siguiente él había recibido un puñetazo y se encontraba tirado en el suelo con la nariz sangrando, probablemente rota…
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